domingo, 19 de junio de 2011

Vacaciones en Badajoz


Bueno, pues aquí llegan mis vacaciones. Dentro de un rato salgo para Badajoz a pasar mis vacaciones anuales. Estaré un poco más de tres semanas. El plan es estar en casa y en el bar de la esquina, es decir, no ir mucho más allá de lo más cercano a mi descanso. Este primer semestre del año ha sido muy complicado por lo que no me apetece moverme mucho, ni playa, ni excursiones, ni nada. Estar en casa. Eso sí, la escapadita a tomar el aperitivo por el barrio no me va a faltar.
Normalmente ilustro estas entradas que hablan de mis viajes a España con la fotografía de un avión de la compañía aérea que me lleva. Esta vez ha tocado a Aeroflot. Es la primera vez que viajo con ellos y la verdad es que se me viene a la cabeza mucho lo de aquellos legendarios 'tupolef' que se caían cada dos por tres, pero entre San Rafael y San Cristóbal y la Virgen de Antipolo -para los filipinos la advocación mariana protectora de los viajes- seguro que llego a buen puerto.
Pero hoy no os dejo con la foto del avión, sino con esta magnífica tapa de atún al manchego y naranja (con su vino blanco -80% macabeo-) que prepara Yoshi en el bar-restaurante Paco Diez en Azabujuban. Delicioso. Totalmente recomendable. Ya os contaré.

lunes, 6 de junio de 2011

El japonés


Un comentarista anónimo decía hace un par de entradas que este blog le parecía algo así como poco movido. Y es verdad. De vez en cuando parece como si fuera imposible escribir nada, no hay tema que desarrollar o las ganas no son las suficientes. Este fin de semana, dentro de esa tónica que me lleva a no desear muchas actividades, me ha dado por darle fuerte al japonés. Pero mucho me temo que no durará largo tiempo este ímpetu por aprender la bella lengua nipona. Estoy con un método a base de 1.000 tarjetas que te llevan a dominar -es un decir- 5.000 palabras y expresiones en japonés. Siempre he escuchado que, en la vida diaria, no usamos muchas más de 1.500 palabras en nuestro vocabulario. Pero la memorización de 1.000 tarjetas no es moco de pavo. Muy animosamente el método recomienda memorizar 20 tarjetas por día y semanalmente repasarlas. Ya veremos porque en este fin de semana se supone que he metido en mi memoria 40 palabras pero dudo mucho que me acuerde de ellas el fin de semana que viene.
La verdad es que a estas alturas del partido no estoy yo como para darle con gran interés al aprendizaje de lenguas pero considero una necesidad conocer al menos un vocabulario básico. Por ejemplo, a los taxisas ya les puedo decir casi de todo (entiéndase sobre las direcciones, etc) pero en cuanto hay una pregunta por su parte ya la hemos liado. Y es que el japonés no es fácil. A esto hay que añadir que la escritura es diferente y por tanto te conviertes en analfabeto a los cincuenta y tantos. Y, claro, eso no me gusta nada, primero por la funcionalidad -hay que estar preguntando constantemente qué pone aquí- y, después, porque yo siempre he sido curioso para las cosas y estar en un país como Japón sin enterarte de la misa la media no me interesa nada. Además, también tengo leído que aprender lenguas es bueno para aplazar ese tipo de enfermedades que te llegan cuando te vas haciendo viejo.
En fin, ya os iré contando cómo va el aprendizaje del japonés.
Os dejo con una foto de unas setas de botón que me prepararon el otro día en el yakitori y que estaban bien ricas. Para degustarlas no hace falta saber japonés.