lunes, 31 de agosto de 2009

Final de agosto


Pues hoy se termina agosto. Me ha gustado mucho la gran cantidad de comentarios que ha tenido la entrada sobre el arroz y que, al final, hayan aparecido Adolfo y Carmela para terciar en el tema. Todas las noticias que llegan de España se refieren a que hace mucho calor y a que todo mundo se prepara para volver a la normalidad laboral y académica. Yo llevo un mes y medio trabajando, por lo que la normalidad llegó hace bastante tiempo. Este último fin de semana del mes hubiera sido bastante anodino si no fuera porque ha tenido una cuestión sobresaliente y es que hoy he comido un magnífico morteruelo de Cuenca que me ha enviado Teo a través de Mila. Teo es fiel seguidora de este blog y es la madre de Mila. Teo, no sabes cómo te agradezco el envío del morteruelo de la afamada casa La Ponderosa -he visto en internet que es de lo mejorcito-, me he dado un buen homenaje gracias a tu generosidad. Algún día te enviaré algún producto de mi tierra extremeña.
Efectivamente, el fin de semana ha sido tranquilo, sin excursiones, con Manila en medio de un "puente" porque el lunes ha sido fiesta en Filipinas. Así, esta tarde sobre las 6, me he podido acercar a Quezon City para visitar a unos amigos y no ha habido problemas con el tráfico. Los que todavía no conocéis Manila os estáis perdiendo el disfrute que supone ir, por ejemplo, de Manila a Quezon City a las 6 de la tarde en un día de diario. Cualquier cosa que diga para describirlo se quedará muy corta. Además, sorprendentemente, tanto el taxi de ida como el de vuelta tenían los taxímetros bien calibrados. Otro día habrá que hablar sobre los transportes públicos en Manila, aunque ya he ido adelantando mucha información en entradas anteriores.
Bueno, os dejo con una foto de un 'resort' de Laguna para que no sea todo hablar de Manila y para que veáis dónde se puede pasar un buen fin de semana -como el puente que acaba de pasar- alejados del estruendo manileño. Como otras veces, si hacéis click en la foto se os ampliará en una magnífica vista.

martes, 18 de agosto de 2009

El arroz... y el pan


Hoy hace exactamente un mes que dejé puesta mi última entrada en el blog. Normalmente escribo en fin de semana y, desde que volví de mis vacaciones, los fines de semana han estado bastante ocupados. Así que hoy me pongo a escribir de nuevo para no perder definitivamente la costumbre.
Hoy os quiero contar sobre el arroz. No sé la producción de arroz de Filipinas, y además no pretendo aburrir con datos, pero sí sé que Filipinas es el primer país importador mundial de arroz. Se come arroz todos los días y muchas veces. Como hecho significativo, baste decir que "arroz" se dice 'kanin' y que además significa "comer" (aunque el término para comida es 'pagkain'). Yo ya me he acostumbrado y tomo una ración diaria pero, claro está, lo alterno con pan. Hay gente que me mira con tristeza cenar un bocadillo (mi cena favorita para salir del paso); los camareros de "Casa Armas" en Malate me preguntan algunas veces, "¿esa es su cena?" con cara de incredulidad. Y es que en la dieta filipina -y de otros muchos países del área- el arroz es imprescindible. El pan (=tinapay, en tagalo) se come, si acaso, como 'meryenda' que son las pequeñas colaciones que los filipinos hacen entre las comidas mayores. Yo siempre digo que el pan es lo mismo que el arroz, pero estoy seguro de que nadie me cree. Hay que reconocer que el arroz blanco tiene un sabor y textura lo suficientemente neutro como para acompañar cabalmente a casi todos los platos. Mi semana laboral pasa entre comer platos españoles en el Casino Español, pasta en la pequeña cafetería del Instituto y, por lo menos dos veces en semana, arroz con algo de 'ulam' (carne, pescado, pollo, verduras, etc) en Dell's, un restaurante de comida filipina que cae cerca del Instituto. En fin, a los que no coméis arroz con esta cadencia, os animo a que, de vez en cuando, probéis a sustituir el pan por arroz blanco para acompañar vuestros platos. Está riquísimo y es muy sano, aunque aquí tiene fama de hacer "barriga". Os dejo con una magnífica foto de las plantas de arroz en el campo.