miércoles, 21 de enero de 2009

Aquí no hay mantones


No sé si será por los viajes o por la impresionante estampa que presentaba mi cubil en la Biblioteca lleno de cajas, pero estoy seco de escritura. Contaros otra vez que por aquí ya está empezando a hacer calor, me parece repetirme. Y hablar del tráfico que volvemos a sufrir con paciencia, es cansaros. De tal modo que os cuento un poco sobre los mantones de Manila y, de paso, deshacemos la creencia que tiene mucha gente en España sobre el hecho de que en Manila se fabriquen mantones. Se les dejó el nombre de mantón de Manila porque venían en los barcos que llegaban desde Méjico a Sevilla con productos procedentes de Manila pero realmente, a su vez, los mantones habían llegado a Manila desde China. Es decir, el origen es chino y, de hecho, los primeros que empezaron a llegar a partir del s. XVI tenían motivos chinos en sus bordados (pagodas, bambúes, dragones, etc). Después, ya en España, con el paso del tiempo, los bordados fueron cambiando a flores y pájaros con un carácter autóctono y, además, se le añadieron los flecos. Así que, por favor, no me encarguéis más mantones de Manila porque aquí no hay. Os dejo con una foto de un mantón.

miércoles, 7 de enero de 2009

El frío


Ha llegado el frío a Badajoz. En las dos semanas y pico que llevo aquí no ha hecho realmente frío. Pero hoy ya se ha dejado notar y parece que va a seguir unos días. Sé que en Manila también está el tiempo fresquito, si es que se puede decir así. En Manila en enero no baja de 23 ó 24 grados centígrados. La verdad es que no baja de esa temperatura en todo el año. Pero en esta época, al ser la estación seca, es cuando se está mejor porque no sube de unos 32 ó 33 grados. Para que os hagáis una idea, en algunas noches de enero hay que dormir con una sábana y otras noches con aire acondicionado. Nada parecido a Badajoz, donde en el comedor seguimos teniendo camilla con faldas y brasero eléctrico y donde ponemos la calefacción para quitarle el frío a la casa (a ver si el corte del gas en Rusia no nos afecta). Los filipinos que me han visitado en Extremadura - Glenda y Eloy, y Marie Ramos y sus hijos Iggy y Denise- no podían entender lo del brasero. Por otro lado, el concepto de calefacción es muy difícil de explicar a mis amigos que no han salido nunca de Filipinas a países con frío. Aquí os dejo la foto de un brasero de picón como los que se hacían en mi casa cuando éramos chicos (=pequeños, en extremeño), para que os calentéis un poco.