Pues en España ha empezado la campaña electoral. A los lectores filipinos hay que decirles que, aunque la campaña en España también se basa en promesas -como en Filipinas, siguiendo el modelo americano-, hay un poco de discusión ideológica y que muchos de los votantes parten desde fuertes posiciones que son imposibles de cambiar durante una campaña electoral. Siendo esto así, va dirigida mayormente a los indecisos porque los demás se dedican a criticarse mutuamente intentando convencer al contrario de algo de lo que nunca lo va a convencer. Esto último es casi un deporte nacional.
Lo que sí parece es que en esta convocatoria la cosa está bastante reñida. Lo peor de todo es que, al final, todo quedará en las manos de los paletos de los nacionalistas y el resto de españoles tendremos que pasar otros cuatro años aguantando desprecios, insultos y reivindicaciones inventadas. Nada, nada, a los aficionados ¡que disfrutéis de la campaña!