domingo, 2 de enero de 2011

Bohol y las montañas de chocolate


Hay algunas islas que están destinadas a ser fotografiadas y convertirse en postales. Bohol, en el sur de Filipinas, es una de estas afortunadas. Una joya que reúne exuberante vegetación, fauna exótica, y playas espectaculares, junto con un interesante anonimato internacional.

Bohol está formada por una isla principal y otras 70 islas más pequeñas. La isla más grande y conocida entre las pequeñas se llama Panglao, al oeste de Bohol. Allí se encuentra la ciudad de Tagbilaran.

Playas
La playa Alona, en la isla de Panglao, debe ser una de las costas más bellas del mundo. Sin subjetividades. El agua se llena de destellos azules con la luz del sol, y se puede ver directamente el fondo de arena. Las palmeras se curvan hacia la arena que es del más puro de los blancos, y la puesta del sol refuerza estos encantos al encender el cielo de rojo. Al caer la noche, los restaurantes de la isla ponen sus sillas y mesas en la costa y se multiplican las parrilladas de mariscos. Aunque este destino es relativamente tranquilo, hay un bar en la playa “Oops Bar” que invita a los que están con ánimos de celebrar.

¿Si no es la playa qué?
Los valientes que decidan abandonar la playa tienen cosas interesantes para ver como las Chocolate Hills (Colinas de Chocolate). Estas formaciones, más de 1.200 colinas de piedra caliza con forma de cono, reciben ese nombre debido a su extrema similitud con los chocolates Hershey. Según cuenta la leyenda estas formaciones son el resultado de la lucha entre dos gigantes. Durante varios días estos inmensos personajes se lanzaron piedras entre sí, cuando finalmente se cansaron y abandonaron la isla, dejaron detrás un enorme desorden, nada menos que las Chocolate Hills. En realidad, esta formación es una anomalía geográfica producida por el tiempo y una combinación de arcilla maleable y piedra caliza.
Ningún viaje a las colinas de chocolate estaría completo sin una observación de los tarsiers que se encuentran a lo largo del camino. Estas pequeñas criaturas de enormes ojos, son uno de los primates más pequeños en la tierra y nativos de Bohol y se encuentran en peligro de extinción. Algunos biologos sostienen que esta especie sólo puede sobrevivir en este espacio, pero por desgracia es comercializada a menudo en el mercado negro. Muchos santuarios de tarsiers en Bohol permiten ver a estos simpáticos animales de cerca, por una pequeña cuota que se utiliza para sustentar los parques. Para aquellos que visiten los parques es importante recordar que no hay que sacar fotografías con flash, porque esta luz puede dejarlos ciegos.
Y para aquellos interesados en sumergirse en la cultura del lugar, una excelente opción es una visita a la Iglesia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, una de las iglesias más antiguas de Filipinas, legado de los misioneros españoles que se asentaron en la región.

Cómo llegar
Es posible volar hasta Bohol ya que hay un aeropuerto en Tagbilaran. Pero la experiencia es más auténtica si el viaje se realiza en barco. Los ferris salen de Cebú todos los días y el viaje dura entre una hora y media y dos horas. En síntesis, si viajáis a Filipinas no es necesario sumergirse en los hoteles de Manila, ya que en las provincias existe un mundo muy interesante.

2 comentarios:

Joaquín Gómez Carrillo dijo...

He descubierto tu blog y me parece muy interesante.
Saludos.

Manolo Pérez dijo...

Hola Joaquín, pues bienvenido al blog. Escribe cada vez que quieras tus comentarios. Yo acabo de llegar a Tokio y mañana me reincorporo al trabajo después de vacaciones. Saludos a todos.