lunes, 3 de septiembre de 2012

En Tokio nadie se choca

La última entrada se hizo cuando el verano comenzaba y ha pasado mucho tiempo desde entonces. De hecho ha pasado prácticamente todo el verano. Personalmente, me dio tiempo a estar en Badajoz, no pasar mucho calor  y volver a Tokio para llegar al infierno de humedad, calor y cigarras que es el agosto tokiata. Pero también durante este tiempo ha habido unas prolongadas inundaciones en Luzón y un fuerte terremoto en las Visayas. Filipinas no deja de ser castigada por la naturaleza, pero la naturaleza de los filipinos hace que salgan adelante.

El final de agosto en Tokio es tiempo de fiestas. Fiestas de barrio que se parecen mucho a las de los barrios de Badajoz. La que aparece en la foto es de la fiesta del fin de semana pasado en Azabu Juban. Todo el mundo echado a la calle con centenares de puestos de comida y bebida con precios bastante asequibles para lo que es Tokio. Me gusta la manera de divertirse que tienen los japoneses. Algunas veces se raya el botellón, pero siempre existe ese orden japonés que hace que las cosas no pasen a mayores. Yo había pasado el sábado en el autobús camino de mi cena en Roppongi y, al ver la multitud pasándolo bien, decidí asistir a la fiesta el domingo. La verdad es que el bullicio era demasiado para mí, lo que me confirma el avance de la edad pero, como "quien tuvo retuvo", sobreviví a la muchedumbre y pude disfrutar de la celebración. Una cosa que me admira de Tokio es que aunque haya mucha -muchísima- gente nadie se choca con nadie, nadie te roza, nadie empuja. Pareciera que, estando acostumbrados, como están, a ser muchos, hubieran instituido un sistema para poder organizarse sin avasallar. Tengo para mí que todo consiste en ir pendiente de tu velocidad y de la de los que se interponen en tu camino. En serio, es llamativo que no pase nada.

Ahora empezamos el curso escolar y vamos a intentar mantener todo el ritmo de actividades en la biblioteca a pesar de los famosos recortes, que también han llegado hasta Tokio. A ver si España espabila de una vez y empezamos a levantar cabeza porque, como oía en Badajoz a principios de verano, "la cosa está 'mu' mala".

También os dejo una foto de una buena amiga luciendo su kimono el día de la fiesta de Azabu Juban.
 

domingo, 24 de junio de 2012

San Juan y viaje

Hoy es el día de San Juan. En este blog he hablado mucho de Filipinas y un poco de Japón. Pero, como los blogueros asiduos sabéis, yo soy de Badajoz (España). San Juan es el patrón de Badajoz y en estos momentos la ciudad está de fiesta. Yo me voy a unir a la fiesta dentro de un par de días porque ya he empezado mis vacaciones de verano y mañana salgo para mi tierra.
Los japoneses son curiosos por naturaleza y cuando les digo que soy de Extremadura, de Badajoz, enseguida me preguntan cosas porque es, como para muchos españoles, un sitio que no conocen. Yo los animo diciendo que si quieren ver la España real, es decir, no la del turismo, etc.  mejor que visiten Badajoz. Badajoz es una ciudad muy manejable, cómoda, con buenos servicios porque es una ciudad fronteriza y, por tanto, comercial. Pero, sobre todo, es preciosa y cargada de historia, y cada vez más recuperada después de haber pasado unos años abandonada por la desidia de los propios pacenses. Ofrece al visitante multitud de ángulos que ver y fotografiar y, como ya he dicho antes, a su belleza une el hecho de sentirte cómodo en el paseo y en el descanso. Además, mantiene la hospitalidad española intacta. Nuestros vecinos de Portugal saben bien lo que es disfrutar de un día de compras en Badajoz.
En fin, felicidades a todos los pacenses y a pasarlo muy bien en estos días de Feria. Yo llego en un par de días...
Os dejo con esta pequeña talla de San Juan Baustista, un marfil filipino de los muchos que se conservan en la Catedral de Badajoz.

miércoles, 11 de abril de 2012

Final de sakura


Hemos llegado al final de sakura. Yo había prometido poner fotos aquí de cómo han estado los cerezos y en este enlace podéis ver los que hay cerca de mi trabajo: Sakura en Youtsuya - Koojimachi

Este año solo han durado una semana y, aunque teníamos previsto hacer un hanami para el 1 de abril, tuvimos que celebrar la fiesta de los cerezos el domingo siguiente que ha sido el pasado, es decir, el 8 de abril. El hanami consiste en ir a celebrar con la familia o con los amigos el hecho de que los cerezos están en flor. Se coloca una manta o una esterilla y se sigue una cosa parecida a lo que en algunas partes de España llamamos romería. Se come, se bebe y se charla. Hay algunas diferencias, que para mí son ventajas, como por ejemplo que no se oyen músicas de radiocasetes a todo volumen -ni a ningún volumen-, radios con el carrusel deportivo, no se hacen barbacoas porque ya se lleva todo cocinado, y otras que son inconvenientes como el hecho de sentarse en el suelo y tener que quitarse los zapatos, o lo que lleves puesto, para poder estar en la esterilla de plástico. En el enlace de sakura en Yotsuya podéis ver un par de fotos del hanami que hicimos el pasado domingo en Shiba Park y podéis comprobar el ambiente de romería.

Pero realmente lo de los cerezos va mucho más allá de lo del hanami. Es todo un símbolo para celebrar que ha llegado la primavera y con ella la renovación de la vida. Incluso, según me contaba Nana ayer, la caída de los pétalos tiene su nombre "sakura fubuki" (tormenta o nevada de pétalos de flores de cerezo) y es que es realmente como una nevada.

Por lo demás, la vida de Tokio sigue su ritmo y Manolo Pérez continúa descubriendo cada día cosas que le siguen asombrando y, otras veces, cosas que conociendo ya un poco el paño le parecen tan normales una vez conocidas. También es verdad que Tokio en ocasiones se muestra demasiado trepidante y que hace falta un poco de huelgo para poder centrarse y seguir adelante sin acumular mucho estrés. De todas formas yo de natural soy más bien tranquilo aunque -por ejemplo ahora- de vez en cuando me lleven los demonios cosas como lo de la crisis de la deuda.

En fin, a ver si la próxima vez escribo en el blog con menos de un mes de separación entre entrada y entrada.

sábado, 10 de marzo de 2012

Domingo de sol en Tokio


Escribo a estas horas de hoy 11 de marzo para recordar el malhadado día del terremoto de 2011 en Japón. Aquel día había una luz gris, y hoy el sol luce por todas partes. Este ha sido un año un poco complicado pero, seguramente por la propia capacidad de recuperación de Japón, lo hemos pasado de manera bastante soportable. Hay que tener en cuenta que la central de Fukushima sigue sin ser completamente enfriada y que todavía hay muchas centrales nucleares apagadas mientras el debate sobre la energía nuclear persiste. Ayer mismo hubo una manifestación ante las oficinas de la agencia nuclear japonesa. Por otro lado, hoy en la prensa se critica duramente a la compañía eléctrica TEPCO por la lentitud en pagar las indemnizaciones a los afectados por el desastre nuclear.

Durante todo el año los compañeros japoneses nos han ido informando de las noticias a los que todavía ni entendemos la televisión ni podemos leer los periódicos en japonés. En mi opinión, los japoneses llevan esta situación con una mezcla de ánimo, espanto y resignación. Cada vez que la tierra tiembla -que sigue siendo muchas veces- los japoneses se miran unos a otros y en sus caras se ve un interrogante, como pensando: ¿será este? Los 'gaijin' nos mostramos más tranquilos, seguramente por ignorantes. Han sido muchas las veces que en la sala de lectura de mi biblioteca he sido yo, un español, quien ha tranquilizado a los usuarios. Los japoneses esperan algo y eso a mí me mosquea mucho. Pero lo llevo bien. Entre otras cosas por la estadística. El terremoto del 11 de marzo de 2011 tuvo una intensidad de 7 grados en Tokio. Si aquí no se cayó ningún edificio, seguramente aquí es uno de los lugares más seguros del mundo para pasar un terremoto de esta intensidad, si tuviera que volver a vivirlo.

Por lo demás, la vida está normalizada. La capacidad que tiene Tokio de hacer compatible la locura con la cordura, el estrés con la relajación, el ruido con el silencio, y tantas otras contradicciones, se mantiene en el día a día. La gente está pensando ya en sakura -yo ya tengo la primera invitación a hanami- y todo se va haciendo con puntualidad con unos tiempos muy marcados, con precisión japonesa.

También hoy es día para recordar a las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

El blog está un poco abandonado, pero lo vamos a reanimar porque ya me estoy cansando de escribir en otros sitios. Os dejo con dos fotos de Tokio con sol, hechas aquí, enfrente de mi casa, faltando una hora para que se cumpla un año de aquella tragedia. Que los afectados encuentren consuelo y reparación y que los fallecidos descansen en paz.