martes, 25 de noviembre de 2008

Nikko y cierre


Pues para cerrar el capítulo de Japón os contaré un poquito de mi visita a Nikko. La historia comienza queriendo aprovechar el último fin de semana; y no se me ocurrió otra cosa que participar en una excursión organizada. La verdad es que no me arrepiento de haber hecho el turista durante el domingo pasado. Nikko es precioso (ya os adelantaba en la entrada anterior que su conjunto de templos está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) y bien merece una visita aunque sea en plan turista del que sigue al de la banderita. El de la banderita, que por supuesto era el guía, lo hizo muy bien: un abuelete que reía sus propios chistes con un gran salero. Pero nos dio información muy interesante, no sólo de Nikko sino también de Tokio, de Japón en general, etc. Estar en esos templos es como estar en la confluencia del budismo y el sintoísmo, es decir, la India y China, pero en Japón. Una cosa increíble. Estamos hablando de un período entre trescientos y cuatrocientos años. La puerta del mausoleo es comparable al mejor barroco europeo. Y después todas las historias sobre el Shogun, las linternas, los árboles rojos, etc., te hacen sentir en otro mundo. Ya digo, no me arrepiento de haber hecho el turista. Además, de camino a Nikko vimos desde el autobús el Monte Fuji que, efectivamente, es tan perfecto como en las postales. He puesto más fotos en picasa, incuyendo algunas en las que se me ve. No me gusta salir en las fotos, pero como he ido de turista... pues ahí estoy. Os dejo el enlace correspondiente a Nikko y os recomiendo que entréis en el de las "cosas de Tokio" porque he añadido "cosas" nuevas. Aquí están los dos enlaces:
http://picasaweb.google.es/manuelpr57/CosasDeTokio#

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonitas las fotos, me recordaban algunas a los templos que ví en Corea. El estilo estético japonés es como más suave, menos "violento". En uno de los templos ¿eran monjas las que lo "guardaban"?, me ha parecido verlas todas de blanco. El otoño ahí debe ser precioso. Hacer alguna vez de turista no está mal, jejejé. Para rematar este día -que por cierto es mi cumpleaños- hablanos de las "linternas", el tema de los Shogunes lo vi en Antropología, pero no recuerdo qué eran y para qué servían las linternas. Y por las fotos, hacía frío ¿eh?. Disfruta del tiempo que te quede por allí. Un saludo, Mª José.

Anónimo dijo...

Mº José veo que tienes mucha información sobre estos sitios. No eran monjas los personajes que se ven de blanco son los participantes en una boda que se estaba celebrando. En cuanto a las linternas japonesas, con la ayuda de Noriko (la auxiliar de la Biblioteca) hemos podido sacar un poco de información en wiki en japonés (porque en inglés o español no encuentro nada). Las linternas, Toro o Tourou (sin pronunciar apenas las úes), llegaron a Japón procedentes de China con la llegada del budismo en la época Asuka (ca. s. VI DC). Al principio de colocaban en los templos como algo sagrado y, poco a poco, se empezó a colocarlas en el jardín. Después se han seguido usando siempre, como en la época de Nara (s. VIII) y la época de Heian (s. X). Las que yo he visto y fotografiado en Nikko son de la época Edo (s. XVII). Hoy día constituyen un elemento típico del jardín japonés. Efectivamente, el otoño japones es precioso.