
No sé si será por los viajes o por la impresionante estampa que presentaba mi cubil en la Biblioteca lleno de cajas, pero estoy seco de escritura. Contaros otra vez que por aquí ya está empezando a hacer calor, me parece repetirme. Y hablar del tráfico que volvemos a sufrir con paciencia, es cansaros. De tal modo que os cuento un poco sobre los mantones de Manila y, de paso, deshacemos la creencia que tiene mucha gente en España sobre el hecho de que en Manila se fabriquen mantones. Se les dejó el nombre de mantón de Manila porque venían en los barcos que llegaban desde Méjico a Sevilla con productos procedentes de Manila pero realmente, a su vez, los mantones habían llegado a Manila desde China. Es decir, el origen es chino y, de hecho, los primeros que empezaron a llegar a partir del s. XVI tenían motivos chinos en sus bordados (pagodas, bambúes, dragones, etc). Después, ya en España, con el paso del tiempo, los bordados fueron cambiando a flores y pájaros con un carácter autóctono y, además, se le añadieron los flecos. Así que, por favor, no me encarguéis más mantones de Manila porque aquí no hay. Os dejo con una foto de un mantón.