Volví de vacaciones hace un par de semanas y la verdad es que poco me acuerdo ya de ellas. Buen tiempo en Badajoz y, como había planeado, sólo en casa y en el bar de la esquina. Aperitivo y siesta, es decir, unas verdaderas vacaciones.
Tokio me ha recibido con un calor sofocante. El "bofetón" que sentí al salir de Narita sólo es comparable con el que te da cuando llegas a NAIA en Manila desde el invierno europeo. Todas las mañanas llego sudando al trabajo y hace falta un rato para recuperar el resuello.
Pues todo este calor es acompañado por el canto de las cigarras. Yo me crié escuchando las cigarras o chicharras en los veranos extremeños, especialmente si salías al campo en julio o agosto. Pero lo de las cigarras de Tokio me tiene impresionado. Tienen un canto potente, monótono como todos los de la cigarras, y suenan por todo Tokio. Bajarse de la estación del metro de Yotsuya a media mañana en julio es todo un espectáculo de sonido. Es como si la naturaleza, en medio de lo urbano, ofreciese una orquesta para cantar su desesperación ante la inclemente temperatura(y humedad). Nana me ha buscado en internet sobre la cigarra que canta ahora, en estos días (más adelante, según me cuenta, hay otras con otros cantos). Aquí os pongo un enlace con la información sobre esta Minminzemi (ミンミンゼミ) que atrona los árboles tokiatas. Lo que pasa es que la información está en japonés pero abajo a la derecha hay un botón para que, si lo pulsáis, podáis escuchar su canto. Este es el enlace:
Os iba a poner la foto de la cigarra como ilustración de esta entrada, pero no me he podido resistir a ilustrarla con una foto del despliegue de jamones y lomo 'doblao' que hay en mi "oficina" de Badajoz. Casi todas las tardes de mis vacaciones pacenses, a la hora del aperitivo, he tenido semejante paisaje por delante. Hasta ganas de llorar me entraban.