jueves, 25 de junio de 2009

Contento en Badajoz


Sigo con mis vacaciones en Badajoz. Sé que tengo el blog un poco abandonado pero es que, aunque yo creía que iba a tener más tiempo para escribir, los acontecimientos se suceden y no me dan oportunidad. Desde que he llegado no he parado de hacer cosas. Y lo bueno es que todo pasa de manera agradable. Como tiene que ser en vacaciones. Es decir, que estoy contento en Badajoz (justamente hoy es el ecuador de mi estancia en mi tierra). Algunos de vosotros sabíais que en Manila, un mes antes de venirme a España, comencé a sentir un dedo del pie entumecido. Allí me lo traté por si era a causa de alta concentración de ácido úrico, pues bien, ha resultado ser algo neurológico -un pinzamiento o algo así- que viene desde el 'matahogazo' (=fatiga extrema, en Extremadura) de la celebración del Día del Libro en abril. Llevo dieciséis inyecciones. Ahora parece que me siento el dedo.

Todo esto no quita para que esté pasando una magnífica Feria de San Juan en Badajoz. Hemos salido varias veces y he probado de todos los productos de la tierra. A los españoles no hace falta explicaros que los productos de la tierra extremeña están muy ricos, je, je. A los filipinos deciros que algunos de esos productos se venden en las mejores tiendas de 'deli' del mundo. En fin, insisto, que estoy contento. Os dejo con una foto tomada el pasado lunes a las 8 de la tarde, a la vuelta de haber estado comiendo y copeando en la feria de día en el casco antiguo de Badajoz. El edificio es el de los antiguos almacenes "La Giralda", un edificio regionalista de los '30 que está junto a la ermita de la Patrona de Badajoz, Nuestra Señora de la Soledad (a la derecha). También se pueden observar algunas vallas correspondientes al incomodísimo Plan E. ¡Ah!, la foto no es mía, es de Antonio Serrano.

jueves, 11 de junio de 2009

Callejeros viajeros de la Cuatro en Manila


Estoy en Badajoz. Pero os sigo hablando de Manila. En esta ocasión quiero contaros lo que no es Manila.
Navotas no es un cementerio donde vive la gente, sino que es una de las ciudades de Manila Metropolitana donde 250.000 personas viven a base de trabajar todos los días. Y trabajar muy duramente, muchas de ellas levantándose a las 5 de la mañana y llegando a casa a las 9 de la noche
Divisoria nos es un mercado en el que seguro que te roban. Es un mercadillo donde puedes encontrar de todo a muy buen precio y en el que, seguramente, se roba menos que en el Rastro en Madrid.
Quiapo no es un centro de creencias sincréticas y chamanes. Quiapo gira alrededor de una hermosísima iglesia en la que las creencias de los manileños se desbordan como en miles de lugares en el mundo.
Makati no es un sitio donde los españoles se dedican a tener pisos con prostitutas. Ni es un sitio donde viven ricos ignorantes a quienes les parece un atrevimiento gracioso decir 'cunnilingus'. Makati es una ciudad de Metro Manila con las mejores tiendas de casas internacionales, algunas de las cuales no están abiertas en España.
Basten estos pocos ejemplos para ilustrar lo que no es Manila y, no digamos, Filipinas.
Ya os decía al principio que estoy en Badajoz. Definitivamente tengo que confesaros mi admiración por Beethoven y hoy no me he podido resitir a escuchar la Novena de cabo a rabo. Yo soy brahmsiano desde hace mucho tiempo, contraponiendo mis criterios a los wagnerianos, sin dejar de reconocer que algún Wagner -como por ejemplo la obertura de la Tannhauser- me ayuda en determinados momentos. También os confieso mi gusto por Schubert y su magnífico piano y canto. Pero, repito, hoy tocaba Beethoven y, escuchándolo, le daba vueltas a la cabeza sobre la capacidad democrática de la música entre todas las artes. Por poner un par de ejemplos, a la Novena de Beethoven pueden acceder millones de personas, mientras que al 'Partenón' o a 'Las señoritas de Avignon' sólo los que tengan posibilidad de visitar Atenas o Nueva York respectivamente.

Pues bien, en las antípodas de la democracia, hay periodistas que son unos iletrados que trabajan con métodos fascistas de discriminación para conseguir ganar audiencia. Todo les vale, se documentan en google o en el teléfono, no contrastan la información y terminan, con una pueril inconsciencia, haciendo un adefesio de reportaje que hace más daño que gracia. Lo único que tendrían que hacer es leer un poco. O mucho.

¿Cómo es posible que siempre que se habla de determinados países sólo se refieran los tópicos negativos más manidos? Es una inmensa injusticia.

Los blogueros de este sitio sabéis que no es mi tono. Pero para quedarme a gusto y desde mi profundo cariño por Filipinas, termino esta entrada con el único calificativo que me merecen estos "informadores". ¡Imbéciles!